Subida del Señor a los Cielos

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Subida del Señor a los Cielos

Texto del Evangelio (Mk 16:15-20)

15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. 17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, 18 tomarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien»

19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.

20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban*. (Mk 16:15-20)[1]

Comentario:

 El pasaje que comentamos (Mk 16:15-20) contiene dos breves relatos: 1) el mandato misionero a los once; 2) la ascensión.

1) la aparición y mandato misionero a los once;

Jesús comienza en el v15 con el envío a misionar a todo el mundo. El mensaje que el Señor quiere dar es el de la Buena Noticia que él vino a traer con su palabra y con su ejemplo. El centro de ese anuncio son: el Mandamiento del amor que meditamos el Domingo pasado: “Amaos los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 15: 9-17) y el de las Bienaventuranzas (Mt 5:1-11); (Lk 6:20-22), los cuales constituyen el corazón del Nuevo Testamento.

Al ser estos dos mensajes algo que todo hombre desea tener en el fondo de su corazón para ser feliz fundado en el amor, Jesús quiere que sea proclamado en todo el mundo, no solo de palabra sino también a través de las obras de amor y de entrega personal:

La Iglesia y los cristianos recibimos la misión de Jesús. Somos enviados a proclamar la buena noticia, no a crear dudas o presagiar castigos. Todos los signos que acompañan a los que creen tienen una dimensión positiva para esta vida. Y es que anunciar el evangelio tiene que ver con la liberación integral de las personas y el mundo. La buena nueva no es un mensaje al margen de la realidad que vivimos. No podía ser de otra forma cuando quien nos envía a anunciarla es quien luchó hasta el fin y dio su vida en pro del pueblo pobre y marginado.[2]

El domingo pasado decíamos que el mandamiento nuevo incluye el amor que Jesús nos viene a traer. Ahora, ese amor viene con la gracia que Dios deposita en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Para recibir la gracia de Dios y consecuentemente su amor, debemos creer en Jesús. Por eso el Señor en el v16 nos invita a tener fe, que es condición para recibir las gracias que nos vienen por el Bautismo. Las dones del Bautismo nos limpian de nuestras faltas, nos dan la fuerza para huir del error, el amor cristiano que nos ayuda a que nos queramos mutuamente como Jesús nos quiso y el vivir junto al Padre eternamente. Es por eso que Jesús dice: “el que crea y sea bautizado, se salvará” Pero el Señor nos enseña también que pierde todas estas gracias la persona que reniega de su fe, por eso dice: “el que no crea, se condenará.” Es por eso que este domingo debemos pedirle a Dios que aumente cada vez más nuestra fe para recibir la enorme cantidad de dones que el Señor quiere darnos.

Aparte de las gracias que nos vienen con el bautismo y que hemos enunciado anteriormente, también el Señor nos colma de muchas otras bendiciones. En el v17 enumera algunas:

1) “expulsarán demonios”: nos da el poder de alejar el mal de nuestras vidas. “Recordemos que el primer milagro (Mk 1:21-38) fue la expulsión de un demonio y que el tema estuvo presente en todo el evangelio. Este poder es el mismo que los apóstoles recibieron al ser enviados por primera vez (cf. Mt 10;1).”[3]

2) “hablarán en lenguas nuevas”: nos da la habilidad de hablar con un idioma fundado en la Nueva Noticia que nos infunde el Espíritu Santo dentro de nuestras almas. “Recordamos inmediatamente el milagro de Pentecostés (Acts 2:5-13 y 1 Cor 12 y 14). El don de lenguas parece haber sido un carisma frecuente en la comunidad primitivay hasta el siglo II, fecha en que desaparece seguramente bajo la influencia de Montano”[4]. En estos últimos tiempos ha resurgido de nuevo en algunas comunidades.

3) “tomarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño”: no solo nos da el poder de alejar el mal sino de dominarlo de tal modo que no nos haga ningún daño. Este es el don de la inmunidad y “La noticia ha sido tomada de Lk 10:19…”[5]

4) “impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien”: el señor nos da el don de sanar por obra del Espíritu Santo a quienes padezcan una enfermedad. Este don “en Marcos aparece junto con la expulsión de espíritus inmundos, es el otro signo constante del Reino” (Mk 6:13) [6]

Estas gracias que el Señor nos da deben llenarnos de paz por el poder que tenemos sobre las cosas que nos perjudican. Nada ni nadie nos puede hacer daño porque el Señor es mi escudo y protector. Nos llena también de confianza porque a través de la fe, la oración y por obra del Espíritu Santo podemos ayudar a las personas, no solo espiritualmente sino también en sus dolencias físicas.

2) la ascensión

“La ascensión no es alejamiento o simple despedida, sino el comienzo de un nuevo modo de presencia del Señor. En el evangelio está vinculada al comienzo de la actividad evangelizadora universal de los discípulos. Ascensión y misión aparecen estrechamente unidas. El señor exaltado coopera activamente en la evangelización.”[7]

En el Mk 16:19, el Señor nos muestra el camino al Cielo, donde todos iremos si creemos en sus palabras y seguimos su ejemplo, y por eso asciende al cielo para esperarnos en la casa del Padre: “con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.”

“La ascensión y la sesión a la derecha del Padre, tomadas del Sal 110,1, son la culminación del misterio pascual. Jesús, que padeció la Muerte, ahora vive resucitado con una vida que no tiene fin, y llega al lugar que había anunciado en las palabras sobre el Hijo del hombre: el Hijo está ahora en su gloria para siempre.”[8]

En el Mk 16:20, el evangelio nos muestra como los discípulos de Jesús, siendo obedientes al mandato del Señor, salen a anunciar la Buena Noticia a todo el mundo “ellos salieron a predicar por todas partes” con la ayuda y la fuerza que da Jesús “colaborando el Señor con ellos” dando frutos de conversión, sanación y santidad, tal como vemos en el libro de los hechos ” 37 Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles:

¿Qué hemos de hacer, hermanos?» 38 Pedro les contestó: «Conviértanse y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo*, para perdón de sus pecados; y recibirán el don del Espíritu Santo; 39 pues la Promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame* el Señor Dios nuestro». 40 Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Pónganse a salvo de esta generación perversa». 41 Así pues, los que acogieron su palabra fueron bautizados. Y aquel día se les unieron unas tres mil personas (Acts 2:37-41)[9]

Que las palabras del Señor en el Evangelio de hoy nos llene de paz sabiendo que Dios es nuestro escudo contra el mal, de confianza porque el Señor quiere sanarnos física y espiritualmente y de amor porque Jesús nos ha salvado y quiere llevarnos al Cielo para vivir eternamente.

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“The Ascension” by John Singleton Copley, 1775

[1] Biblia de Jerusalén Latinoamericana. (2007). (Mr 16.15–20). Bilbao: Desclée de Brouwer.

[2] Florentino Ulibarri, Conocer, gustar y vivir la Palabra Sugerencias para orar con el Evangelio Ciclo B, EVD, 2006, 201.

[3] Briglia, Sergio, Comentario Bíblico Latinoamericano, Nuevo Testamento, Evangelio según San Juan, EVD, 2007, 470.

[4] Briglia, Sergio, Comentario Bíblico Latinoamericano, Nuevo Testamento, Evangelio según San Juan, EVD, 2007, 470.

[5] Briglia, Sergio, Comentario Bíblico Latinoamericano, Nuevo Testamento, Evangelio según San Juan, EVD, 2007, 470.

[6] Briglia, Sergio, Comentario Bíblico Latinoamericano, Nuevo Testamento, Evangelio según San Juan, EVD, 2007, 470.

[7] Florentino Ulibarri, Conocer, gustar y vivir la Palabra Sugerencias para orar con el Evangelio Ciclo B, EVD, 2006, 201.

[8]  Briglia, Sergio, Comentario Bíblico Latinoamericano, Nuevo Testamento, Evangelio según San Juan, EVD, 2007, 470.

[9] Biblia de Jerusalén Latinoamericana. (2007). (Hch 2.37–41). Bilbao: Desclée de Brouwer.

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Kathryn Hogan
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1 comment
  • Gracias! Espero que los recursos que usted uso estarán disponible muy pronto en Verbum!

Written by Kathryn Hogan